Alerones y pontones laterales
Si un ala ayuda a sustentar a un avión, invirtiéndola debería empujar al auto hacia abajo generando más agarre. La primera aplicación famosa de los alerones se la debemos a Chaparral en Can Am, que experimentó con enormes alas. Teniendo en cuenta que estos aditamentos también generan resistencia al avance, ese alerón era móvil levantándose a bajas velocidades (frenado y curvas) y poniéndose plano en las rectas. Los primeros alerones dentro de la F1 aparecieron sobre el Lotus 49B en el GP de Mónaco de 1967, donde la tracción era vital. Inicialmente las alas estaban ancladas a las suspensiones transfiriendo toda su carga directamente a las ruedas, pero debido a su fragilidad e incidentes generados fueron prohibidas. Rápidamente, los alerones comenzaron a fijarse al cuerpo del auto y el siguiente paso lo dio el Lotus 72 que tenía forma de cuña, moviendo los radiadores a los pontones laterales, otro cambio en la fisonomía de los autos de fórmula.
