El superdeportivo holandés toma su filosofía estética del mundo de la aeronáutica clásica, utilizando en grandes cantidades materiales como aluminio, acero y cuero. Su interior es objeto de una constante polémica donde no hay lugar para un punto medio: lo amás o lo odiás. Pero por otro lado, la palanca de cambios es un ítem aparte; montada sobre una gran barra de acero que atraviesa el habitáculo, nos permite realizar los cambios como en cualquier caja manual, con la diferencia que tenemos a la vista su punto de apoyo. Una solución muy original que definitivamente le dá el toque distintivo tan buscado en este tipo de autos.