Seguramente el Dr. Ferdinand Porsche se revolcó en su tumba al ver lo que su empresa homónima develó en el 2002, el Cayenne. Este vehículo tenía todo lo que un Porsche NO debía tener, según palabras del mismo Dr. Porsche, era grande, robusto, pesado, demasiado alto y además tenía cinco puertas, en pocas palabras. Lo que quizá el Dr. Porsche nunca imaginó, es que para ese año la compañía se encontraba en graves problemas financieros -casi al borde de la quiebra- y fue precisamente la Cayenne quien la sacó a flote, haciéndola entrar en números negros otra vez. Lo que es completamente cierto es que el Porsche Cayenne calló todas las bocas de los detractores, ya que sus capacidades “on y offroad” hicieron palidecer a todos sus rivales.