En 1951 Chrysler tomó por sorpresa a sus competidores al sacar a la venta su primer motor V8 HEMI, llamado Chrysler Firepower en los modelos Saratoga, New Yorker, Imperial y Crown Imperial. Este motor tenía un desplazamiento de 331 pulgadas cúbicas con una potencia de 180 CV y un torque de 423 Nm. En 1954 se ofrecieron motores HEMI para Dodge que generaban 140 y 150 CV llamados Dodge Red Ram, al igual que una versión de 170 CV para DeSoto llamado FireDome. 1955 marcó el nacimiento de una leyenda, el Chrysler 300 que se convirtió en uno de los autos más admirados de su época. En 1957 el motor HEMI aumentó su desplazamiento a 392 pulgadas cúbicas y la versión de más alto desempeño se usó en el Chrysler 300C, teniendo la versión más potente 390 CV. La segunda generación (1964-1971), empezó su vida en las pistas y ganó los primeros tres lugares en la Carrera de Daytona 500. Recién en 2003 apareció con la asombrosa tercera generación.